A Dos Metros Bajo Tierra


No sé qué decir la verdad, estaba pensando en poner un gif de un smiley aplaudiendo y dejarlo ahí pero me parece un tanto cutre. Hablar de A Dos Metros Bajo Tierra es hablar de personas, no de personajes. Los guionistas, directores y claro, los propios actores han conseguido elaborar los personajes más redondos de la ficción televisiva.
La historia gira en torno a una funeraria, ¿cómo es vivir con muertos en tu sótano?, ¿cómo vives la muerte? ¿cómo creces con cadáveres debajo de ti? Personas más muertas que vivas, con miedo, terror a la muerte, miedo a vivir y a sentir. El desencadenante de la historia es, como no podía ser de otra manera, la propia muerte del primer personaje que se nos presenta, Nathaniel Fischer, cabeza de familia, dueño de la funeraria Fischer e Hijos, y marido y padre ausente.
Los personajes dan vueltas y más vueltas alrededor de lo mismo. Lo correcto, lo incorrecto, el bien y el mal, el sexo, las drogas. Una serie sin tapujos y con mucho humor negro, sin ningún tipo de censura, lo que se agradece.
El desequilibrio de una pérdida y todo lo que ello conlleva, recuerdos, pesadillas y momentos dulces, el fantasma de la memoria que vuelve para atormentar.
En toda la serie tienen mucha importancia los sueños e imaginaciones. Relaciones incestuosas, venganzas planificadas, reproches de ultratumba, la propia crucifixión; surrealistas, como un cuadro de Dalí en movimiento, pero a su vez necesarias y totalmente coherentes. A veces da la sensación de que eso que estás viendo podría aparecerse alguna noche por tu cabeza.
El tormento de la vida, su fugacidad, lo que importa, lo que no, la muerte, sobretodo la muerte. La trascendencia de nuestras relaciones y nuestras acciones.
Es un juego poético y filosófico sobre personas, los sentimientos y lo que nos llevan a hacer, nuestros instintos sexuales, de supervivencia.
Una serie necesaria, de cinco temporadas de 12 a 13 episodios de una hora cada una.
Hace tiempo que las series no son meras novelas que se alargan hasta la saciedad, son películas de enorme calidad y de larga duración. Gracias guionistas. Gracias Allan Ball. Gracias actores. //10

Un personaje: Brenda Chenowith. Sus desequilibrios, su ironía, su lado oscuro. Ruth Fischer. Un personaje que se perfila como débil pero que tiene una incontrolable furia interna.
Una escena: la que pone punto y final a la serie, la muerte, de nuevo. Todo pasa a la velocidad de la luz, disfruta.

2 comentarios:

Carmen dijo...

2256 visitas, y tú me llamas &ut* por tener 16 seguidores??
Se ve que tu blog se está haciendo popular en la web :)
Bueno Lucas, avisa cunado pases de las 5000 que ya me puedo echar a llorar y por cierto, FELIZ CUMPLEAÑOS!!!

Mcnífico dijo...

Brenda Chenowith es el mejor personaje de la historia de la televisión

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