Saint Bartlett

El verano ha llegado, o más bien llegó, y es una pena que teniendo todo el tiempo libre que tengo no haga algún post para satisfacer a los millones de e-mails que me llegan cada día pidiendo nuevo material, así que de momento va este, a lo mejor mañana cae otro y quién sabe... a lo mejor retomo la lista de canciones de la semana, todo sea por los miles de millones de seguidores. ;)
Damien Jurado, desde Seattle y con un nombre más que exótico, firma su décimo álbum de estudio, Saint Bartlett, con folk y rock a partes iguales. En su concierto en Ourense, el año pasado, compré Caught in the Trees, su anterior LP, que si bien me mantuvo enganchado un par de semanas, me pareció poco heterogéneo. No quiero decir que fuese todo lo mismo, ni que fuese malo, que aún de vez en cuando lo rescato para relajarme, pero en retrospectiva y comparándolo con este, sí que exploraba mucho menos.
En Saint Barlett podremos encontrarnos un poco de todo, a Damien solo con su guitarra, como en Pear, ritmos más rockeros en Wallingford, pequeños arreglos y coros en Cloudy Shoes o el folk suyo de siempre en Rachel & Cali. En definitiva, un sonido fresco para empezar, continuar o terminar el verano, o el otoño, o la primavera o el invierno. //8,5
Escucha: Cloudy Shoes, Throwing Your Voice, Pear y With Lightning In Your Hands.
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Lost

¡AVISO!: No hay spoilers de tipo descriptivo del final de perdidos, hay referencias al episodio final que si bien, no te van a desvelar mucho, pueden condicionarte al ver el último episodio. Lee esta página bajo tu responsabilidad.

Todo hay que dejarlo reposar, meditar y pensarlo dos veces, dejar que el poso se vaya al fondo y entonces digerirlo, menos el zumo de naranja que pierde la vitamina C. El fin

al de perdidos no era algo que fuera a dejarse beber enseguida, eso estaba claro. Así que puse el despertador a las seis de la mañana, me levanté antes de la hora por los nervios, cogí una botella de agua, un yoghurt y enseguida encendí el televisor. Cuatro aún estaba emitiendo el capítulo anterior, What they died for. Viendo el penúltimo final de episodio, ese sencillo “lost” sobre fondo negro, sabía que ya no importaba nada, hiciesen lo que hiciesen no podrían haber cambiado lo que es Perdidos. Una serie que, durante seis temporadas ha conseguido lo que ninguna otra, nos ha vuelto locos. Realmente daba igual si estaban todos muertos, si eran clones, si eran extraterrestres, si era el purgatorio, daba igual saber quién era Jacob, qué era la isla, qué era el humo negro o qué era la luz, todo daba igual. La isla era una metáfora, un juego, un desafío, una oportunidad a la redención. Los que buscaban respuestas deberían haber intuido que el final les iba a saber a poco, pero realmente estas respuestas no le dan nada a la serie. Quizás nos hemos distraído a lo largo de los años con escotillas, saltos en el tiempo, electromagnetismo y compañías secretas cuando en realidad, ésta, era una serie de personajes. Para mí lejos quedan los números malditos o la Perla Negra, lo que realmente se ha quedado conmigo es la historia de Kate y Jack, Juliet y Sawyer, Jin y Sun, Charlie y Claire, Sayid y Shanon, Hurley y Libby, Michael y Walt, Ben y Alex, Bernard y Rose y las de otros que se quedaron por el camino, como Ana Lucía o Mr. Eko. Arreglar nuestros errores, intentar cambiar. Redención es la palabra clave de la serie.

La serie ha sido diferente a cualquier otra, pero no solo por su temática, ni por su millonaria producción, ha cambiado la forma de hacer televisión. En primer lugar, la emisión. Lost ha abierto las puertas a internet en la distribución de contenidos. ¿Cuántos preferíamos ver la segunda temporada por internet en lugar de esperar a que La 2 programase el episodio que nos faltaba a las dos y media de la mañana?. Y en segundo, la implicación por parte de los fans. No hay ningún seguidor de la serie que no haya ido a un foro entre temporada y temporada. Nadie que después de ver la luz del búnker al final de la primera no empezase a fantasear con universos paralelos y purgatorios. Nadie que no se preguntase de quién era el famoso barco que resultó no pertenecer a Penny (recordemos una de las mejores escenas: Not Penny’s boat). Nadie que no se haya preguntado qué pasó cuando Juliet estalló la bomba. Foros, Wikipedias, páginas dedicadas enteras a una serie. Está claro que es imposible entender las series de televisión como meras telenovelas, que se alargan más y más sin un esqueleto, improvisadas cada semana, la ficción televisiva ha cambiado y Dexter, A Dos Metros Bajo Tierra, Los Soprano o Perdidos son una buena muestra de ello.

Sé que los que visteis la emisión de Cuatro a esas horas de la mañana sufristeis algún que otro pequeño sustillo, como parones, subtítulos desincronizados o personajes que aparecen sin avisar. Los dos primeros fueron debidos a problemas del directo y el tercero fue porque los de Cuatro se saltaron sin querer, por supuesto, seis minutos del primer episodio. Tras disculpas por parte del equipo directivo los entiendo perfectamente y no les guardo ningún rencor. Pensar en que hemos visto el final de una serie con tanto secretismo como Perdidos antes que algunas zonas de Estados Unidos es toda una locura.

Gracia me ha hecho la pobre chica que ha tenido que hablar en Cuatro nada más ver el final, lo mala que es la gente que hasta ha hecho grupos en facebook contra la de la chaqueta roja, claro, si es que teníamos que reflexionar antes de hablar.

Final abierto, cerrando la historia verdaderamente importante, la de los personajes y dejando a un lado lo demás, que ya habrá extras en DVD’s, entrevistas con los creadores, o posts en blogs que aclaren ese asunto. La escena final ha sido perfecta y decisiva, con Jack volviendo al principio (no he podido evitar recordar el videoclip de The Scientist).

Hemos tenido la suerte de poder ver desde el principio y hasta el final una serie como esta, donde el destino, el azar, la culpa, la redención, las referencias religiosas y filosóficas se entrecruzaban en cada episodio para dar lugar a lo que ha sido Perdidos, el Crimen y Castigo de la televisión. Después de digerirlo y saborear bien su poso, suerte que Lost no está hecho a base de naranjas, puedo decir que es la mejor serie de la historia de la televisión y es que algo que hace que me levante a las seis de la mañana no me puede parecer otra cosa. “See you in another life brother”. //10

Personajes: Juliet, por su naturaleza, compleja y sencilla a la vez y John Locke por ser el verdadero creyente en la isla, ahora el "We are here for a reason" retumba en mis oídos.

BSO: Mención aparte y sobretodo en un blog como este, no podemos dejar atrás canciones como You all everybody o instrumentales que hacen que todo se vuelva misterioso, frondoso y mágico.

Invisible

Invisible, invisible se había vuelto Auster, que con Viajes por el Scriptorium o Un hombre en la oscuridad no volvió a alcanzar el estilo que le ha encumbrado; hablo de Brooklyn Follies, El libro de las ilusiones o la Trilogía de Nueva York.
Explora terrenos nuevos, pero casi todos tienen un denominador común, su protagonista es un escritor poco contento con sus dotes literarias que lo sabe todo sobre poetas latinos, renacentistas o barrocos. Esta vez la novedad viene añadida por un salto de unos cincuenta años en el tiempo a mitad de la novela, algo terrible sucede y solamente en el último suspiro de su vida, el protagonista, Adam Walker, se atreve a contarle todo lo acontecido a un viejo amigo, un reconocido autor de éxito.
El libro en sí es un metalibro, la historia nos habla, de hecho casi todo el libro, de otro escrito que no solo se menciona, sino que aparece íntegro. Una mención merece su división interna, cada uno de los actos o partes está escrita en cada una de las personas gramaticales, algo curioso y vistoso.
Los viajes que hacemos por nuestra memoria, lo querríamos haber cambiado, el deseo de lo imposible realizado, el crimen y el castigo. En la contraportada de la edición de Anagrama, alguien lo define como el Crimen y castigo de Auster, razón no le falta, en absoluto. Novela muy agradable, deprimente, como todas las suyas, que profundiza en la naturaleza del ser humano con ciertos toques políticos (al igual que el 11-S en Brooklyn Follies), conspiraciones, asesinato, redención.
Puede que leer alguno de sus otros libros sea más reconfortante, pero si ya te conoces la bibliografía de Auster y esperabas un cambio sustancial a partir de los dos últimos, este es el tuyo. Si no te gusta el autor puede que no disfrutes del todo con esta novela, pero siempre es mejor que el omnipresente Larsson. //7

Una Ópera Egipcia

Vamos recuperando poquito a poquito la costumbre de actualizar más a menudo. Una Ópera egipcia no tenía muy buena pinta en el horno, parecía otro refrito de temas como Principios Básicos de Astronomía, pero al sacar la bandeja y darle el primer mordisco, con mucho cuidado, hemos descubierto uno de los discos más raros que hayan editado jamás. Ojo, raros, no malos.
Empezar diciendo que pocos temas se salvan de tener sintetizador, que la Bien Querida se ha colado en un par de temas, que, sorprendentemente, al flamenco le va bien lo electrónico y que ha conseguido llegar al número dos de ventas la semana pasada.
Conocemos a Los Planetas, voz peculiar, a veces ininteligible, gusto por la experimentación, alargamiento exasperante de sílabas trabadas y demás. En este disco tenemos una de las mejores colaboraciones que se han hecho recientemente, la voz de La Bien Querida complementa perfectamente a la de Jota en No sé cómo te atreves. La Veleta es el ejemplo perfecto de ¿flamenco-alternativo? aunque esté cantado exclusivamente por La Bien Querida. Me gusta especialmente El romance de Juan Osuna, aunque no sea original de este disco, por lo oscura que es, me recuerda un poco a Joy Division.
No todo es flamenco y sintetizador, algún tema hay que sea puramente pop, como Una Corona de Estrellas ("en tu puerrrrta") o Siete Faroles, aunque quizás menos. Se dan el lujo de terminar con Los Poetas un tema de unos diez minutos con psicodelia y electrónica por un tubo, un poco a lo Pink Floyd.
En definitiva, un experimento con buenos resultados que quizás apunte a sus nuevos horizontes, o quizás no, ya veremos. //8,75
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Islands

Os echo de menos, en serio, aunque no lo parezca, me gusta escribir aquí, me siento en familia, ya que Alfonso no escribe demasiado (está de exámenes, deseadle suerte) tenía que pasarme. Miles y millones de cosas nos han quedado en este tiempo, seguir con la lista del 2009 que ya me da algo de vergüenza, el disco de Klaus&Kinski, el de Los Planetas, Marlango, Alicia en el país de las maravillas de Burton e Invisible de Auster. Digo, digo y digo y luego nunca hago nada...

The XX firmaron uno de los mejores debuts de la cabra y hoy estrenan videoclip, es para Islands, la mejor canción del disco. ¿Tienen un estilo propio?, no lo sé, pero el video es minimalista y expresivo, alegrad esta tarde-noche de tormentas en alguna isla paradisíaca, pero en la que no haya humo negro :)

Telephone

Lo sé, lo sé. Lady Gaga no pertenece al mismo tipo de música que aparece por aquí. También sé que es un guilty pleasure de muchos alternativillos (os he visto tarareando Just Dance o Poker Face sin que nadie os viera), pero qué diablos, hoy hablamos de Telephone.
A nadie que esté medianamente informado se le puede escapar Lady Gaga, sus vestidos imposibles, definiéndose entre lo hortera y lo innovador, sus polémicas declaraciones, su rumoreado pene o su condición de diva de la talla de Madonna o de la venida a menos Spears. En su último disco hizo dos colaboraciones con Beyoncé, una horrible, Videophone, y Telephone, la canción en cuestión. ¿Por qué tanta obsesión con los phones, Gaga?.
No dejó pasar la oportunidad de sacar provecho de ellas y, gracias a eso, hoy tenemos el corto-videoclip Telephone. Nueve minutos que aprovecha para reírse de sí misma ("Te dije que no tenía polla"), para hacer un poco de publicidad, un poco de lesbianismo, envenenamientos, teléfonos en la cabeza, gafas-cigarrillo, pamelas gigantes, latas de coca-cola light en la cabeza y para dar un poco de miedo.
Un WTF de nueve minutos que no tiene absolutamente nada que ver con la canción, pero que es tremendamente divertido. Alguien que hace pasar a Beyoncé a un segundo plano ya merece una mención especial. Por supuesto, para los sensibles americanos hay una versión censurada, pero si queréis apreciar el video en su esplendor, mejor ved la explícita. Bien hecho Ga-Ga (cómo mola como lo pronuncia Beyoncé).
Toque WTF?: Let's make a sandwich

Feliz semana santa

Covers (I)

Antony, Antony, Antony. La voz más especial de la música actual. Hace ya cierto tiempo que hizo con los Johnson una versión espectacular del Crazy in Love de Beyoncé. Aquí la tenéis para vuestro deleite, disfrutadla. ¡Feliz domingo! (pensad que las vacaciones de pascua están a la vuelta de la esquina)

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