Todo hay que dejarlo reposar, meditar y pensarlo dos veces, dejar que el poso se vaya al fondo y entonces digerirlo, menos el zumo de naranja que pierde la vitamina C. El fin
al de perdidos no era algo que fuera a dejarse beber enseguida, eso estaba claro. Así que puse el despertador a las seis de la mañana, me levanté antes de la hora por los nervios, cogí una botella de agua, un yoghurt y enseguida encendí el televisor. Cuatro aún estaba emitiendo el capítulo anterior, What they died for. Viendo el penúltimo final de episodio, ese sencillo “lost” sobre fondo negro, sabía que ya no importaba nada, hiciesen lo que hiciesen no podrían haber cambiado lo que es Perdidos. Una serie que, durante seis temporadas ha conseguido lo que ninguna otra, nos ha vuelto locos. Realmente daba igual si estaban todos muertos, si eran clones, si eran extraterrestres, si era el purgatorio, daba igual saber quién era Jacob, qué era la isla, qué era el humo negro o qué era la luz, todo daba igual. La isla era una metáfora, un juego, un desafío, una oportunidad a la redención. Los que buscaban respuestas deberían haber intuido que el final les iba a saber a poco, pero realmente estas respuestas no le dan nada a la serie. Quizás nos hemos distraído a lo largo de los años con escotillas, saltos en el tiempo, electromagnetismo y compañías secretas cuando en realidad, ésta, era una serie de personajes. Para mí lejos quedan los números malditos o la Perla Negra, lo que realmente se ha quedado conmigo es la historia de Kate y Jack, Juliet y Sawyer, Jin y Sun, Charlie y Claire, Sayid y Shanon, Hurley y Libby, Michael y Walt, Ben y Alex, Bernard y Rose y las de otros que se quedaron por el camino, como Ana Lucía o Mr. Eko. Arreglar nuestros errores, intentar cambiar. Redención es la palabra clave de la serie.
La serie ha sido diferente a cualquier otra, pero no solo por su temática, ni por su millonaria producción, ha cambiado la forma de hacer televisión. En primer lugar, la emisión. Lost ha abierto las puertas a internet en la distribución de contenidos. ¿Cuántos preferíamos ver la segunda temporada por internet en lugar de esperar a que La 2 programase el episodio que nos faltaba a las dos y media de la mañana?. Y en segundo, la implicación por parte de los fans. No hay ningún seguidor de la serie que no haya ido a un foro entre temporada y temporada. Nadie que después de ver la luz del búnker al final de la primera no empezase a fantasear con universos paralelos y purgatorios. Nadie que no se preguntase de quién era el famoso barco que resultó no pertenecer a Penny (recordemos una de las mejores escenas: Not Penny’s boat). Nadie que no se haya preguntado qué pasó cuando Juliet estalló la bomba. Foros, Wikipedias, páginas dedicadas enteras a una serie. Está claro que es imposible entender las series de televisión como meras telenovelas, que se alargan más y más sin un esqueleto, improvisadas cada semana, la ficción televisiva ha cambiado y Dexter, A Dos Metros Bajo Tierra, Los Soprano o Perdidos son una buena muestra de ello.
Sé que los que visteis la emisión de Cuatro a esas horas de la mañana sufristeis algún que otro pequeño sustillo, como parones, subtítulos desincronizados o personajes que aparecen sin avisar. Los dos primeros fueron debidos a problemas del directo y el tercero fue porque los de Cuatro se saltaron sin querer, por supuesto, seis minutos del primer episodio. Tras disculpas por parte del equipo directivo los entiendo perfectamente y no les guardo ningún rencor. Pensar en que hemos visto el final de una serie con tanto secretismo como Perdidos antes que algunas zonas de Estados Unidos es toda una locura.
Gracia me ha hecho la pobre chica que ha tenido que hablar en Cuatro nada más ver el final, lo mala que es la gente que hasta ha hecho grupos en facebook contra la de la chaqueta roja, claro, si es que teníamos que reflexionar antes de hablar.
Final abierto, cerrando la historia verdaderamente importante, la de los personajes y dejando a un lado lo demás, que ya habrá extras en DVD’s, entrevistas con los creadores, o posts en blogs que aclaren ese asunto. La escena final ha sido perfecta y decisiva, con Jack volviendo al principio (no he podido evitar recordar el videoclip de The Scientist).
Hemos tenido la suerte de poder ver desde el principio y hasta el final una serie como esta, donde el destino, el azar, la culpa, la redención, las referencias religiosas y filosóficas se entrecruzaban en cada episodio para dar lugar a lo que ha sido Perdidos, el Crimen y Castigo de la televisión. Después de digerirlo y saborear bien su poso, suerte que Lost no está hecho a base de naranjas, puedo decir que es la mejor serie de la historia de la televisión y es que algo que hace que me levante a las seis de la mañana no me puede parecer otra cosa. “See you in another life brother”. //10
Personajes: Juliet, por su naturaleza, compleja y sencilla a la vez y John Locke por ser el verdadero creyente en la isla, ahora el "We are here for a reason" retumba en mis oídos.
BSO: Mención aparte y sobretodo en un blog como este, no podemos dejar atrás canciones como You all everybody o instrumentales que hacen que todo se vuelva misterioso, frondoso y mágico.